José Manuel Reyero (Madrid, 1943) es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Técnico Comercial y Economista del Estado. Durante su carrera ha ocupado el cargo de vicepresidente ejecutivo del ICEX, ha sido consejero comercial en Belgrado, Rabat, Argel y Miami, funcionario de la Comisión Europea en Bruselas y creador de la agencia de atracción de inversiones Promomadrid. Además, es Miembro de Honor de la Cátedra de Comercio Exterior de la Universidad de Valladolid. Con la visión de la experiencia y desde la riqueza que aportan las vivencias personales, Reyero explica en su libro, Primera persona del Singular (Letras de Autor, 2018*), el cambio de la sociedad española en las últimas décadas y su relación con el mundo internacional, todo a través de los ojos de un funcionario del servicio exterior. Una lectura que recomendamos para los días de Semana Santa.
* Primera persona del singular puede adquirirse en la siguiente página web, en los formatos papel y libro electrónico:
https://www.letrasdeautor.com/primera_persona_del_singular_jose_manuel_reyero.html
– ¿Cuál ha sido la clave de que España haya llegado a ser un país relevante en el mundo internacional?
– Para tener una homologación a nivel internacional la clave es hacer un país democrático, porque si no hubiéramos tenido un régimen democrático nunca habríamos llegado a estar homologados, ese ha sido el cambio fundamental. Es decir, nosotros antes de la muerte de Franco estábamos en muchos foros internacionales, como la ONU o la OCDE, pero nuestra presencia era muy pasiva y tampoco se podía subir la voz ni había voluntad de ello porque no teníamos la autoridad moral para hablar. Cuando España pasó a tener un régimen democrático y además la transición a ese régimen democrático se produjo de una manera pacífica, nosotros automáticamente recuperamos prestigio y la gente se sentía confortable sentándose al lado de nosotros. De repente, España recuperó el puesto que de alguna forma habría tenido siempre. Luego hay otra cosa, y es que la economía española demuestra ser mucho más fuerte de lo que uno podría imaginar, entonces eso nos da una segunda oportunidad. Una vez que tenemos el reconocimiento de nuestros socios y colegas en el mundo internacional, resulta que la economía española es una economía pujante, que se posiciona, y habido un momento incluso que hemos llegado a ser la octava economía mundial. Eso genera inevitablemente un respeto, porque las cosas en el mundo internacional son “tanto tienes, tanto vales”.
– ¿Hay alguna cosa que añora de aquellos años?
– Voy a decir una cosa que tiene más de sociología que de economía o de historia. El Franquismo era una sociedad triste. El sol salía igual que sale ahora, pero la forma de ver la comunicación y las relaciones humanas era triste y la Transición fue como un estallido de juventud y de repente la sociedad se puso en movimiento. Es verdad que ya venía en movimiento, yo diría que el primer momento de movimiento en clave económica se produjo en el año 1959 con el Plan de Estabilización, pero digamos que era muy poquito a poco: la apertura al turismo, las inversiones extranjeras, etcétera. Y luego, cuando llegó la Transición, de repente se rompieron las barreras y la sociedad cambió de una manera tremenda, en lo que fue el punto de inflexión de un régimen de una temporada a otra.
– ¿Se están haciendo bien las cosas actualmente en el ámbito exterior? ¿Lo está haciendo bien España?
– En mi opinión no se está haciendo bien en el ámbito exterior, porque hay una cosa importante: a la sociedad española, la política internacional y el mundo internacional no le preocupan mucho. Si coges, por ejemplo, un telediario francés o un telediario inglés y un telediario español, ves que el telediario español carece totalmente de proyección internacional. En un telediario francés o inglés la parte internacional está presente porque interesa a los que lo oyen. Aquí, de entrada, lo que hay es un 50% de fútbol y luego, en la parte de noticias, hay una proporción importantísima de nuestro ombligo nacional, que tiene que ver por lo general con el tema del poder y cómo se reparte el poder. Cuando al español no le interesa lo que sucede el ámbito internacional, quitando los torneos de fútbol internacionales, difícilmente vamos a tener una política con grandes sensibilidades. La política exterior es pobre, a nadie le importa lo que pase y eso es mala cosa.
– ¿Podemos transformarnos, es decir, empezar a preocuparnos por ello?
– Es difícil. Hay muchas razones por las que España vive de espaldas al mundo internacional. Por ejemplo, no hemos tenido ninguna guerra internacional, que eso es algo que a la gente le da conciencia, y tampoco se forma la gente en lo que significan las cosas.
– ¿Qué es lo más preocupante ahora mismo a nivel internacional en el ámbito del comercio? ¿El Brexit, la guerra comercial entre EEUU y China…?
-Todo tiene importancia. La política proteccionista de Trump es peligrosa, el Brexit abre una serie de incógnitas que no sabemos del todo cómo se van a cerrar, pero si tuviera que decir algo que me preocupa en el medio plazo y que no se está teniendo en cuenta es que la globalización es un mundo en movimiento. Es decir, aquí no están las cartas sobre la mesa, esto no es una foto fija. El mundo en el que vivimos es una película en movimiento donde todo el mundo está jugando sus cartas en función de sus intereses. Nosotros no podemos dar por sentado que lo que está pasando es algo que va a pasar siempre, y eso sí que me preocupa, porque las cosas se están moviendo y nosotros creemos que las cartas que están repartidas son iguales para siempre. Aquí la gente está feliz y contenta sin darse cuenta de que el mundo está en movimiento y que un día estás en la silla y que otro día la silla se la han llevado a otro país.
– ¿Qué consejo le daría a los alumnos de TIMMIS que están a punto de crear una empresa?
– Con carácter general, les diría que lo más importante es la constancia, la perseverancia, el tener una idea y luchar por ella. Yo creo que el libro [Primera persona del singular] es la historia de un tío que cree en hacer algo y se pone a hacerlo de manera constante: saber qué es lo que yo quiero, hacerlo y luchar por ello cualesquiera que sean las circunstancias. Es lo que ahora se llama resiliencia, que es la capacidad para sobreponerse a las dificultades y seguir luchando. Eso es lo que yo creo que es lo más importante: no darse por vencido, tener una idea clara y luchar por ella.
– ¿Tiene la misma importancia la internacionalización para una empresa grande y estable que para una empresa pequeña que acaba de constituirse?
– La internacionalización es básica para todo el mundo como carácter general. Si me pides un ejemplo, no es lo mismo vender cervezas a una población de dos millones de habitantes que vender cervezas a una población de doscientos millones. La cosa es tan sencilla como eso y los mercados son estrechos, es decir, por mucho que tu producto tire mucho está claro que siempre vas a tener más mercado incorporando otros países en vez de vender solo en tu provincia. Dicho esto, la internacionalización es algo caro. No imposible, no hay nada inalcanzable, pero es caro y a las cosas hay que ir de manera progresiva y según tu capacidad de financiación. El hecho de lanzar una nueva empresa tiene varias patas. Una es el producto o servicio, otra es la red comercial y luego hay una pata, que es vital y que la gente no tiene tan claramente definida, que es el soporte financiero. Por ejemplo, Starbucks, McDonald’s y Burger King son organizaciones financieras, es decir, tienen una estructura financiera perfectamente organizada. Y luego venden hamburguesas, o venden cafés, o venden zapatillas, pero si no hay una estructura financiera sólida y bien construida las posibilidades de supervivencia son mínimas por mucho coraje que le pongas. Como ahora hay muchas oportunidades desde el punto de vista financiero, yo a la gente le diría que tengan el modelo financiero razonablemente cerrado porque si no van a tener estrangulamientos y crisis de crecimiento y lo más probable es que, en una de esas, se caigan.
– ¿Qué es lo que hace de Primera persona del singular una buena lectura para la Semana Santa?
– Es la historia de una persona que lucha por abrirse camino en la vida, una aventura que está sazonada con anécdotas de la vida en sitios tan distintos como lo que era la España franquista, el mundo de los países del Este, la Unión Europea, el mundo americano… Es interesante porque se pueden sacar muchas reflexiones que sean aplicables a uno mismo. Yo soy un gran lector de biografías y siempre encuentro cosas de las que puedo aprender para mí. Creo que ahora las nuevas generaciones nacen sabidas y eso es muy malo. Es mejor tener los ojos bien abiertos para aprender, porque por mucho que sepas el mundo te va a enseñar mucho más.